“Si prestaste oídos a tu corazón antes de ponerte en movimiento, escogiste sin duda el buen camino. Si estás recorriendo el camino de tus sueños debes comprometerte con él. Si aceptas tus posibilidades en el presente con toda seguridad mejoraras en el futuro.”
(sabias palabras compartidas por mi hermana Bety)
lunes, 12 de septiembre de 2011
Pensamientos Luneros
"Ponte a meditar y date cuenta que eres tú el que se llama DESTINO".
Alejandro Jodorowsky.
A los 17 años tenía claro que quería estudiar Biología Marina para salvar a los delfines y las ballenas, para dedicarme a la conservación de la hermosa Madre Tierra.
A los 23 años acabé la carrera de Biología preguntándome ¿de qué sirve que pase el día en un laboratorio investigando cuando existen tantas injusticias en el mundo? ¿Cuál es mi aportación a la sociedad si me dedico a la investigación?. Adoré los años de estudio, las prácticas en el laboratorio de invertebrados, las inmersiones al mundo submarino para recoger muestras… pero no encontré en el fondo del mar, ni en el laboratorio, las respuestas que buscaba.
Tras meses de dudas decidí especializarme en otro mundo que también me apasiona, el de la educación. La educación socio-ambiental que es y ha sido motor en mi vida profesional y personal, me ha permitido acercarme a las personas con la intención de aprender juntas, de enseñarnos, de compartir. Con el fin de crear un mundo mejor, de cuidar a nuestra Pachamama, de recuperar la sabiduría ancestral para conservar el legado de nuestros predecesores para dejar un futuro verde a nuestros hijos prestados.
Uganda supuso el comienzo de una nueva crisis profesional; ¿para qué proteger y cuidar la naturaleza? ¿por qué cuidar árboles, plantas y animales? ¿con qué sentido fomentar valores de conservación?... si las desigualdades en el mundo, las injusticias sociales, el sistema de desarrollo occidental, han creado gente hambrienta y una brecha abismal y creciente entre norte y sur, entre ricos y pobres. Cada día algunos ricos son más ricos, y muchos pobres son aún más pobres. Las noticias de hambruna ya no nos afectan porque siempre las hemos visto en la “tele” y ya es algo normal. Desconfiamos cada vez más de las ONGs por considerarlas corruptas y que fomentan el enrriquecimiento de algunos, cuando no nos preocupamos en cuestionarnos cómo un banco utiliza nuestro dinero o cuáles son los costos ambientales y sociales de los productos que consumimos. Algunos alzamos la voz en contra del sistema pero seguimos consumiendo, poco o mucho, seguimos consumiendo. Nos indigna pensar que los 20 euros de un donativo no lleguen íntegros al pobre niño hambriento en Somalia, pero nos da igual que de los 5 euros que pagamos por una camiseta, sólo una minima parte vaya a la pobre persona que la elaboró. Tenemos la capacidad de conocer, de saber, pero muchas veces cerramos los ojos y leemos las tiras cómicas en lugar de las noticias, porque no queremos saber, no queremos pensar, no queremos creer que nuestra forma de vida sea causa de injusticias.
Al regresar de Uganda decidí enfocarme más a lo social y para ello formarme en cooperación internacional. Últimamente leo muchos artículos y libros al respecto y afirmo que mis conflictos internos continúan, dudo de la cooperación internacional, de la forma en qué se hacen las cosas, me pregunto el porqué de una cooperación al desarrollo, qué tipo de desarrollo queremos promover, cuáles son las verdaderas intenciones de los organismos internacionales, cuál es el camino que pueda permitir un desarrollo justo para todos los mundos que cohabitamos la tierra.
Son muchas las preguntas que me hago, muchas las dudas, pero sé que en el caminar iré encontrando las respuestas que generarán nuevas preguntas.
No sé si en el futuro me dedicaré a la cooperación internacional o cambiaré el rumbo. Sólo sé que las crisis me están ayudando a crecer, que escribir me ayuda a aclarar las ideas, que al contaros me siento más cerca, que el camino espiritual me da paz, que la luna es mi compañera, que a los 31 sigo buscando el sentido a esta vida y que mientras tanto sonrío al caminar feliz.
FELIZ LUNA LLENA
p.d: siempre que me pongo a escribir empiezo con una idea y acabo contando otra historia que no tiene nada que ver. Os dejo el link de la lectura que hoy me ha propiciado este texto, sobre una pregunta que muchas veces ronda la cabeza ¿qué es mejor dar limosnas o no dar?
http://www.ciberoamericana.com/noticias/desde-el-terreno/406
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Me ha encantado tu reflexión.
ResponderEliminarYo te diría (desde mi experiencia) que para cambiar el mundo, no hace falta meter mucha energía hacia afuera. Aunque es verdad que hacerlo te da una satisfacción, ya que con tus manos realizas algo "útil", y ayudas en primera persona.
Para mi el cambio más potente és el que se lleva en el interior, el que hace uno mismo. De la misma manera que todas las respuestas que buscamos nunca estàn fuera, sino dentro de uno mismo.
Ese cambio dentro de uno, ese conectar con la Madre Tierra, hace que tu simple presencia y tu manera de vivir, ilumine a otras personas y les vaya contagiando, les vaya haciendo cambiar a ellas tambien....
Solo por ser como eres, ya estás cambiando el mundo :)
mil gracias sandra por tus palabras, estoy totalmente de acuerdo contigo en que es necesario que el cambio sea interior!!!
ResponderEliminarLas experiencias de vida son detonantes para generar el cuestionamiento y de ahí el cambio. Y es cuando se interioriza dicho cambio, cuando lo apropiamos que se convierte en algo significativo.
un fuerte abrazo :)
Creo que siempre habrá cosas buenas y cosas "no tan buenas" en los caminos que elegimos, en los que nos vienen dados y en los que, de alguna manera, nos tropezamos, así que lo mejor es intentar multiplicar lo bueno y dividir (¡compartir!) lo no tan bueno. Y no creo que estemos aquí para salvar a nadie ni para encontrar ningún sentido, con vivir la vida de la manera más acorde a lo que somos ya tenemos suficiente! Así, pues,¡¡ seamos, flores!!
ResponderEliminar¡besos desde y a través de Uganda!